Bestia en Clanes

La Bestia se refiere al instinto depredador natural que despierta en todos y cada uno de vampiros durante su Abrazo. La bestia está en oposición directa a la Humanidad de un vampiro (y en algunos casos, incluso a las Sendas de Iluminación) y es responsable de muchas de las degradaciones de los Cainitas. En tiempos de extrema presión la Bestia puede abrumar a un vampiro y les empuja a entrar en un estado de lucha bestial pura, miedo o hambre que se conoce como Rötschreck o Frenesí.

La Bestia se manifiesta de varias maneras: impulsando al vampiro a luchar por su vida, huir por miedo, ceder a los deseos más degradantes de la sangre y la violencia... Los trece clanes vampíricos en general, y cada individuo en particular, han respondido a la Bestia de muchas maneras.

Brujah

Los Brujah son vampiros muy apasionados, y, a veces, esta pasión anula su sentido común. La Bestia espera la oportunidad de incitar a los Brujah a tales extremos de violencia que suponen un peligro para todos y todo a su alrededor. Desafortunadamente para los Brujah, el clan es sumamente irritable cuando se habla de cuestiones políticas o sociales.

Seguidores de Set

Los Seguidores de Set tienen una forma extraña de comportarse ante la Bestia: como las serpientes que idolatra el Clan, la Bestia parece tener períodos regulares de latencia o letargo. En general, los Setitas sólo entran en frenesí durante períodos de hambre o cuando están muy heridos. Hay rumores de que varios de los rituales más arcanos de las prácticas Setitas les dan una resistencia extra a los susurros de la Bestia.

Gangrel

La mayoría de los Gangrel están a mitad de camino de ser animales en cualquier caso, por lo que sus instintos más bestiales no son tan inquietantes para el Clan como lo son para otros vampiros. Cuando tienen hambre comen, si están muertos de hambre, comen más. Cuando algo les duele, se alejan, si están cerca de la muerte, corren por su vida. La Bestia es considerada como un mal necesario, pero más de un Gangrel puede dar las gracias al Rötschreck por salvarle la piel. Es difícil separar a la mayoría de los Gangrel de sus bestias.

Giovanni

La perspectiva Giovanni sobre la bestia es la misma que su visión del resto de la existencia vampírica: es una herramienta útil, y su potencial debe aprovecharse al máximo en beneficio de la familia. Dicho esto, el Giovanni mismo no suele entrar en frenesí, si no que pretenden controlar a los demás incitándoles a la locura cuando sirve a un propósito. Normalmente, sólo durante los períodos de gran ira (como la pérdida de millones de dólares en un plan fallido) o por el hambre, permiten a la Bestia tomar el control.

Lasombra

Habida cuenta de su filosofía Darwinista y su propensión a la crueldad, uno podría suponer que un Lasombra entra en frenesí con más frecuencia. Sin embargo, ello se considera de mal gusto y muestra una peligrosa falta de auto-control. Un Lasombra dado al frenesí no durará mucho tiempo dentro del clan, un vampiro obviamente inestable no es una buena marioneta. Los Lasombra no son fácilmente provocados por sus instintos, pero dadas las disciplinas de Potencia y Obtenebración, son algunos de los Vástagos más peligrosos en caso de entrar en frenesí.

Malkavian

A menudo es difícil saber si un Malkavian está en medio del frenesí, o simplemente ha elegido este momento para dar todo de si. El clan no está nunca plenamente consciente del aquí y el ahora, por lo que no es de extrañar que escuchen la voz de la Bestia, además de todas las otras voces que pueden clamar por la atención en sus mentes. Algunos Malkavian entran en frenesí con poca o ninguna provocación, mientras que otros se mantienen completamente en calma y tranquilos hasta el punto de alcanzar la muerte sin ceder a la Bestia.

Nosferatu

Los Nosferatu debido a su fuerza de voluntad y poder mental, parecen haber conseguido una ventaja sobre sus bestias. Aunque es en apariencia el menos humano de los clanes de vampíricos, los Nosferatu son sorprendentemente humanos en su interior, y no son propensos al Frenesí. Incluso en la remota posibilidad de que uno sea provocado al frenesí, normalmente elige la opción huir en lugar de pelear. El Nosferatu que ha sido arrinconado, sin embargo, podrá descargar toda la fuerza de su Disciplina Potencia sobre su atacante.

Ravnos

Los Ravnos no son conocidos por dejarse dominar por la bestia, no son como los Gangrel, pero tampoco se les puede considerar como modelos de la virtud entre los Vástagos. Cada Ravnos tiene un vicio o una obsesión que guía lo que hace. Sus devaneos tienden a estar ligados a esta obsesión de un modo u otro: un Ravnos que sufre de codicia puede tratar de huir con tanta riqueza como pueda cargar, un Ravnos que sufre de gula puede tener que resistir el constante frenesí a la vista o el olor de la sangre.

Toreador

Como era de esperar, la Bestia no es un problema común del Clan Toreador. Como el clan más en contacto con la vida de los mortales, las luchas de los Toreador son las de los artistas, no las de los clanes más violentos o incultos. Es raro que un toreador pase hambre o sufra daños físicos, por lo que la bestia a menudo carece de un punto de apoyo para manifestarse. Si un toreador entra en Frenesí, sin embargo, entra en un Frenesí profundo; ya que no suelen sufrir los estragos de la Bestia, a menudo es muy difícil sacarlos de frenesí antes de que estén listos.

Tremere

El Tremere no entra en frenesí. Bueno, alguna vez. Quizás por la combinación de la extrema concentración mental necesaria para lanzar hechizos, junto con una singular falta de respuesta a la provocación, es algo dificil. Muchos Tremere pasan su no-vida entera en una capilla o en un ambiente similar de autonomía, y no pasan hambre, no sienten dolor extremo, ni apenas alguna emoción.

Tzimisce

Los Tzimisce , ya sea como resultado de algún pacto demoníaco hecho en la Edad Media, o su propia naturaleza peligrosa, los Tzimisce parecen reaccionar violentamente con poca o ninguna advertencia. Ellos usan su Disciplina Vicisitud para dar forma a sus cuerpos hasta convertirlos en máquinas de guerra, y pobre del Vástago que se enfrente a un Tzimisce sediento de sangre.

Ventrue

Ceder a la Bestia es considerado como una práctica muy indigna para un Ventrue. Un señor, sacerdote, o similar, simplemente no hace nunca ese tipo de cosas. Además de esta mentalidad contra la Bestia, la mayoría de los Ventrue son lo suficientemente ricos e influyentes como para no sufrir el tipo de problemas que inducen a los vampiros al frenesí: el hambre, el miedo, el peligro personal, o perder el contacto con su humanidad.